lunes, 6 de diciembre de 2010
Todo en exceso es malo.
Ha sido una semana apasionante, poco voy a decir sobre wikileaks, el resultado de las elecciones catalanas o el follon de los controladores, creo que todo lo que se podía decir, ya se ha dicho. Únicamente quiero resaltar el problema de sobreinformación. Después de mucho tiempo luchando contra mi tendencia natural a ello, e vuelto a caer en la gula informativa. He vuelto a caer en un feroz seguimiento de la actualidad, podcast, twitter, blogs, periódicos nacionales e internacionales. Hay tanta información y es tan fácil acceder a ella, y se actualiza de una forma tan inmediata, que el deseo de mantenerse informado, de estar actualizado, se convierte en algo un enfermizo. Llega un momento que toda esta avalancha continua de datos y opiniones llega por colapsar tu capacidad de procesar, de forma que solo tragas sin masticar, porque sabes que dentro de un minuto estarás leyendo o escuchando otra cosa y no quieres que se te atragante. Es un proceso de no parar. Hasta el punto que ya no piensas, y no sabes si tienes una opinión propia o inducida. Así que ayer por la noche, hice limpieza de podcast de noticias y he rebajado la frecuencia con la que visito mis canales de información habituales, dejando alguno totalmente de lado. Esto ya lo hice tiempo a tras, pero he vuelto caer, ¿Seré una especie de newsalcoholic? ¿Necesitare terapia? Ademas, lo único que me aporta estar sobreinformado, es para estar confuso y de mal humor. Como siempre, todo debe estar en su gusta medida.
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